En el segundo dibujo se ven tres personajes. Dos combatientes que pelean con curiosas espadas, en una de las cuales se enrosca una serpiente y sobre la otra hay un pájaro que recuerda un gallo. En el centro hay un joven desnudo y coronado que mantiene un caduceo en cada mano. Esta lámina , pese a su aparente simplicidad, es muy compleja. Se podría extraer de ella gran parte de la filosofía hermética e igualmente podría ser interpretada de diez formas diferentes… todas correctas. Sin embargo en el contexto de la vía que me ocupa, se puede considerar como un símbolo expresivo de la purificación y exaltación del Mercurio. El producto resultante de la operación anterior está aun sucio y mate. Pero sometido a los lavados ígneos del doble fuego secreto, simbolizado por los dos combatientes de la lámina, adquiere brillo y limpieza convirtiéndose en el Mercurio de los Filósofos, cuya volatilidad y espiritualidad expresan las dos alas extendidas que yacen a sus pies. Conforme su brillo aumenta lo hacen también sus propiedades astrales y sus cualidades de imán espiritual. La contemplación meditativa del Mercurio de los Filósofos hace crecer en el alma del alquimista una sensación de pureza y candidez, así como la aspiración hacia los mundos superiores y el deseo de elevación. Esta actitud interna asociada a la vivencia de haber superado las primeras dificultades, debe comenzar a potenciar una cierta sutileza del discernimiento y permitir vislumbrar un secreto alquímico: el Mercurio Doble, único en esencia aunque expresado en dos formas diferentes. La primera está ya manifiesta, mientras que la segunda permanece aun oculta y se relaciona con el objeto de la tercera lámina. Se podría tomar por ejemplo un punto de partida diferente en la interpretación de la lámina. Si fijamos nuestra atención en el lobo que salta sobre el crisol, éste es descrito por Basilio en el texto de la primera clave, como «el lobo gris muy ávido». En el texto francés la frase aparece como «le loup gris tres avide». Si se hace una permutacion cabalística de las mismas letras obtenemos las palabras «vitriol pur des sages». A continuación podemos perseguir esta sorprendente «casualidad» a través de todo el libro e interpretar las láminas posteriores según una determinada vía húmeda que concierne al vitriolo, cosa que me sería muy fácil de hacer con una concordancia perfecta. Sin embargo como no deseo crearte confusión complicando en exceso las cosas, pues he elegido, por una razón especial, hacer la interpretación lineal de una vía seca de principio a fin, con la esperanza de poder expresar un conjunto coherente, sin que esto tenga nada que ver por supuesto, con la libertad de que cada hermano puede investigar la riqueza de significados alquímicos por donde mejor le plazca.